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Foto de referencia: Pixabay.

“La educación no cambia al mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.
Paulo Freire.

Muchos años de labor educativa, desde las sociedades primitivas hasta nuestros días, nos indican que se hace necesario seguir trabajando por lograr una “enseñanza universal garantizada” como indica la UNESCO. Esta labor que se ha transformado constantemente desde la prehistoria, pasando por la antigua Grecia y Roma para luego continuar en una larga Edad Media que posteriormente alcanzaría la Edad Moderna y nos llevaría a los siglos XVIII y XIX con una permanente presencia educativa, pero sería el S. XX el que nos traería la pedagogía para seguir pensando la educación desde otras perspectivas, siendo así, el s. XXI el que nos marca nuevos derroteros y realidades para educadores y educandos que exigen trabajar por el derecho a la educación. El mundo contemporáneo nos reta constantemente a seguir creyendo que la educación es el camino para lograr mejores sociedades donde podamos convivir en la diferencia. 

Ante la crisis mundial que vivimos por causa de la Covid 19 y que nos trajo una pandemia, los Maestros continuaron ejerciendo su labor en medio de las adversidades, la incertidumbre y las problemáticas para las cuales no estábamos preparados. Afrontaron los retos siendo propositivos, sintieron que les correspondía seguir formando a pesar de las múltiples limitaciones, además, fueron un soporte importante para las familias y la sociedad entera. Ha sido el maestro quien nos permite problematizar la inmediatez en las que muchos de nosotros vivimos constantemente.

Es así, como en este día del Maestro hacemos un reconocimiento a quienes han dedicado la vida entera a la educación de muchas generaciones desde una búsqueda constante para formar de manera integral a los ciudadanos que rigen los destinos de este país. Ha sido dicha labor educativa la que permite trabajar por un mundo más humanizado e incluyente, que ha requerido de seres humanos con una vocación al servicio de los demás. Es el maestro, docente o profesor quien enfrenta los grandes retos y desafíos sociales con sus estudiantes y muchas veces en condiciones poco favorables, sin embargo, es la voz que lleva esperanza y cree en la construcción de un futuro mejor a pesar de las adversidades que puede traer la labor educativa.

Son tantos los motivos por los cuales hay que hacer reconocimientos a dicha labor, que rogamos al Dios de la vida que bendiga y dé el discernimiento suficiente a cada una de las personas que han dedicado su vida entera a la educación. Que el Espíritu Santo ilumine cada decisión personal para que podamos ser testigos de la esperanza y formadores idóneos de las nuevas generaciones. Dios bendiga su quehacer pedagógico, para que sigan acompañando la vida de tantos niños, niñas, adolescentes y adultos que escribirán las nuevas páginas de la historia de Colombia.

Todos juntos como comunidad educativa nos corresponde seguir cada día creyendo, mejorando, construyendo, dialogando, enfrentando y resolviendo en las instituciones educativas los nuevos retos de la convivencia escolar.  Dicha comunidad requiere de maestros convencidos de los valores como realidades para vivirlas plenamente. De igual manera, recordamos en este día a aquellos maestros que ya se encuentran en la presencia de Dios y dejaron sus huellas educativas en cada institución.

Reconocemos las luchas y logros que han sido forjados en arduas jornadas que históricamente han acompañado dicha labor. Reconocemos que la vocación docente es la que muchas veces sostiene la educación en sendos lugares del país, donde las condiciones no son las mejores. Reconocemos que este país necesita de educadores para seguir formando a las personas que van a cambiar el mundo.

Obligan las nuevas realidades geopolíticas, sociales y culturales a pensar la educación del futuro y considerar los intensos cambios que estamos viviendo. Además, se necesita pensar las competencias que requiere un mundo cada vez más complejo. Es indispensable que la escuela y la familia sean cada vez más cercanos. Se espera que podamos lograr, cada vez más, el acceso de todos al conocimiento y los maestros sigan ejerciendo su valiosa función social.

Finalmente, extendemos una felicitación a cada uno de ustedes, en nombre del señor obispo de la diócesis de Sincelejo y junto con él, la comisión diocesana de pastoral educativa. De igual forma, los invitamos a participar activamente, de una jornada especial para ustedes, el día 19 de mayo, a partir de las 8 am. Mayores informes a través de sus rectores.