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En la matutina Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló este viernes de la importancia de orar bien y subrayó que “si la oración no es valiente no es cristiana”.

Francisco recordó los relatos evangélicos de la curación de un leproso y de un paralítico en la que ambos rezan con valentía. “Siempre, cuando nos acercamos al Señor para pedir algo, se debe partir de la fe y hacerlo en la fe: ‘Yo tengo fe en que tú puedes sanarme, yo creo que tú puedes hacer esto’”, dijo en la homilía.

El Papa pidió entonces no rezar como “papagayos” y sin “interés” en lo que se pide, sino pedir al Señor que “nos ayude en nuestra poca fe” porque “la voluntad hace encontrar una solución” y hace “ir más allá de las dificultades”.

“Valentía para acercarse al Señor cuando hay problemas. Muchas veces se requiere paciencia y saber esperar los tiempos, pero no desfallecer, ir siempre adelante. Pero si con fe me acerco al Señor y digo: ‘Si tú quieres, puedes darme esta gracia’, y después como quizás esa gracia no ha llegado me olvido…”.

Francisco puso de ejemplo a la madre de San Agustín, Santa Mónica, que “lloró tanto” por la conversión de su hijo. Tuvo “valentía para desafiar al Señor”, para “ponerse en juego”.

“La oración cristiana nace de la fe en Jesús y va siempre con la fe más allá de las dificultades. Una frase para llevarla hoy en nuestro corazón que nos ayudará es la de nuestro padre Abraham, al cual le fue prometida la herencia, es decir, tener un hijo a los 100 años”.

“Dice el apóstol Pablo: ‘Creed’ y con esto fue justificado. La fe ‘se puso en camino’: fe y hacer todo para llegar a esa gracia que estoy pidiendo. El Señor nos ha dicho: ‘Pedid y se os dará’. Tomemos esta Palabra y tengamos confianza, pero siempre con fe, y poniéndola en juego”, dijo el Papa.

“Este es el coraje que tiene la oración cristiana. Si una oración no es valiente no es cristiana”, repitió.