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El templo de Colosó está hecho en madera y quieren declararlo patrimonio arquitectónico.

La riqueza de la Iglesia que peregrina en la Diócesis de Sincelejo no solo es solo espiritual. El fermento de la fe ha encontrado en los templos un amigo para celebrar la vida cristiana.

El caso de Colosó es uno de ellos. El templo San Miguel Arcángel, sede de esa parroquia en los Montes de María, es, aunque pequeño, la cara de un gran proyecto que se abre paso en el departamento de Sucre: declarar patrimonio arquitectónico las casas antiguas de esa población.

Pero el templo necesita ser reparado como las normas de construcción propias lo piden para que lo consideren patrimonio.

Por eso en la diócesis y a nivel civil hay en marcha una campaña que, más allá de la fe, reconoce el valor histórico y arquitectónico de esa edificación.

Un comité de colosoanos, colonias de ellos en distintas partes del mundo y bautizados ya promovieron un bingo y ahora preparan una segunda actividad porque la reparación es cuantiosa: unos $300 millones.

La organización de este nuevo evento ha convocado a una ‘Ropatón’, cuyo propósito es recibir ropa en buen estado y elementos decorativos de hogar que estén en desuso.

Cualquier apoyo puedes reportarlo al número 3017473105.

El significado del templo

Betty García de García, miembro del Comité Ciudadano de Patrimonio de Colosó, explicó que el trabajo para convertir a su pueblo natal en patrimonio arquitectónico de Sucre y de Colombia ha sido de años.

“En septiembre vamos a obtener la declaratoria departamental del Consejo de Patrimonio; ya dio su aval. La iglesia (el templo) es un bien patrimonial y cultural, es un ícono que se está cayendo.”

García, que nació y vivió su infancia y adolescencia en casa de madera, resalta que las casas de madera son para los colosoanos su identidad, es arquitectura vernácula y la razón por la que se usa ese material es el terreno arcilloso, que tiende a ceder, lo que no pasa con la madera.