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Por Aleteia Team


¿Por qué es la mujer más admirada de la historia?

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1. La mujer, más mujer

Cuando Dios quiso curar a los hombres de sus heridas, soñó con una mujer nueva. Sería la primera mujer del mundo curada de amarguras, rencores, envidias, impurezas; sin rastro de malicia en todo su ser. Sólo ella podría ser la cuna, el alimento, el abrazo de Él mismo. Así, Dios regaló al mundo una mujer nueva, una nueva Eva llamada María, tal y como la había pensado desde siempre, a imagen de la feminidad de Dios, en la que todo era bueno.

2. María, la más libre

María es la mujer más libre, radicalmente libre. Cuando aceptó el reto que Dios le propuso, corrió el mayor de los riesgos y desencadenó la mayor revolución de la historia. Lo llevaba intuyendo esos pocos años de vida, por eso esperaba. Algo grande tenía preparado Dios para ella.

Así, con la inocencia de una niña y con la libertad de la mujer, más mujer, aceptó ser madre muy pronto, así, de repente…..en medio de un misterio: la ausencia de un varón.

Y es que sin malicia, la mirada es clara, la conciencia más real, la decisión más libre. Esa libertad plenamente vivida no podía ser de otra manera que un derroche de entusiasmo vital y sereno, incomprensible para el mundo.

3. La mujer más alegre

¡El Señor ha hecho en mí maravillas! Que mayor explosión de alegría que llevar la alegría en Persona dentro. Él es todo alegría y le hace capaz de ir pronto y rápido al encuentro de quien la necesita.

4. La mujer que ganó todas las batallas

La luz de su humildad y obediencia le hizo merecedora del mayor tesoro, Jesús; y con Él, todos los dones. Ella aplastó el NO con un SÍ hecho vida y así ganó todas las batallas de la historia.

5. Madre por excelencia de la mayor familia del mundo

Si Eva fue madre de la humanidad, María fue la puerta de la humanidad de Jesús y por Él, puerta de la vida eterna para todos los hombres de todos los tiempos. Sin la madre no hay hijo, “sin María no hay Jesús” (Teresa de Calcuta).

Su maternidad ordena todo su ser, está diseñada para ser “La Madre” por excelencia, con un corazón inmenso que a todos cuida para que ninguno de sus hijos se pierda.
María es la madre que espera, que no se cansa nunca de esperar.

6. La mujer que más ha sufrido

No hay dolor comparable a su dolor. Tanto más grande fue la dignidad del hijo, más grande fue el regalo, más grande fue la pérdida. Tanto más grande fue el amor, más grande el dolor. Y así, con Jesús y por Jesús, santificó el dolor de todas las madres por sus hijos.

7. La mujer más gloriosa

María, la mujer nueva. Signo de contradicción de los tiempos; con su servir se hizo Reina, de todo y de todos. Unida a su Hijo entrañablemente comparte con Él toda la vida, lo presente y lo eterno, su misión, su destino y su gloria. Su santidad supera a todos los santos y los ángeles juntos, porque su cuerpo fue lugar del comienzo de una nueva creación.

8. María, el camino seguro para llegar a buen puerto

Si la vida te lleva y te abate…mira a María, camino y modelo de identidad.

“En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No la apartes de tu boca, no la apartes de tu corazón y, para conseguir la ayuda de su oración, no te separes del ejemplo de su vida. Si la sigues, no te extraviarás; si le suplicas, no te desesperarás; si piensas en ella, no te equivocarás; si te coges a ella, no te derrumbarás; si te protege, no tendrás miedo; si te guía, no te cansarás; si te es favorable, alcanzarás la meta, y así experimentarás que con razón se dijo: “Y el nombre de la Virgen era María”.

San Bernardo Abad.