PRIMERA LECTURA
Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo.
Lectura del libro de Isaías 26, 7-9. 12. 16-19
La senda del justo es recta, Tú allanas el sendero del justo.
Sí, en la senda trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el deseo de nuestra alma.
Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden la justicia.
Señor, Tú nos aseguras la paz, porque eres Tú el que realiza por nosotros todo lo que nosotros hacemos.
En medio de la angustia, Señor, acudimos a ti, clamamos en la opresión, cuando nos golpeaba tu castigo.
Como la mujer embarazada, que está por dar a luz, se retuerce y da gritos de dolor, así éramos nosotros delante de ti, Señor. Hemos concebido, nos hemos retorcido, y no dimos a luz más que viento. ¡No hemos traído la salvación a la tierra, no le nacieron habitantes al mundo! Pero tus muertos revivirán, se levantarán sus cadáveres. ¡Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo! Porque tu rocío es un rocío de luz, y la tierra dará vida a las Sombras.
SALMO RESPONSORIAL 101, 13-14b. 15-21
R/. El Señor miró a la tierra desde el cielo.
Tú, Señor, reinas para siempre, y tu Nombre permanece eternamente. Tú te levantarás, te compadecerás de Sión, porque ya es hora de tenerle piedad, tus servidores sienten amor por esas piedras y se compadecen de esas ruinas.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria: cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella; cuando acepte la oración del desvalido y no desprecie su plegaria.
Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor: porque Él se inclinó desde su alto Santuario y miró a la tierra desde el cielo, para escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Mt 11, 28
Aleluya.
“Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Soy paciente y humilde de corazón.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 28-30
Jesús tomó la palabra y dijo:
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.
La reflexión del padre Adalberto Sierra