PRIMERA LECTURA
Yo te desposaré para siempre.
Lectura de la profecía de Oseas 2, 14-20
Así habla el Señor:
Devastaré su viña y su higuera, de las que ella decía: “Este es el salario que me dieron mis amantes”. Las convertiré en una selva y las devorarán los animales del campo.
Le pediré cuenta por los días de los Baales, a los que ella quemaba incienso, cuando se adornaba con su anillo y su collar e iba detrás de sus amantes, olvidándose de mí –oráculo del Señor-.
Por eso, yo la seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré a su corazón. Desde allí, le daré sus viñedos y haré del valle de Acor una puerta de esperanza. Allí, ella responderá como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto.
Aquel día –oráculo del Señor- tú me llamarás: “Mi esposo” y ya no me llamarás: “Mi Baal”. Le apartaré de la boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados por su nombre. Yo estableceré para ellos, en aquel día, una alianza con los animales del campo, con las aves del cielo y los reptiles de la tierra; extirparé del país el arco, la espada y la guerra, y haré que descansen seguros.
SALMO RESPONSORIAL 33, 2-11
R/. ¡Bendeciré al Señor en todo tiempo!
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
El Ángel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en Él se refugian!
Teman al Señor, todos sus santos, porque nada faltará a los que lo temen. Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Mt 5, 3
Aleluya.
Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
EVANGELIO
Si ustedes no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 18, 1-4
Los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: “¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?”.
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
La reflexión del padre Adalberto Sierra