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ORACIÓN POR EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD

Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre.
Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones. Enséñanos el camino, muéstranos cómo alcanzar la meta. Impide que perdamos el rumbo como personas débiles y pecadoras.
No permitas que la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por perjuicios y falsas consideraciones.
Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna. Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.

 

Exhortación Apostólica Laudate Deum | Síntesis y reflexión del Cardenal Luis José Rueda Aparicio

 

San José Patrono de la Iglesia universal

 
 
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Sábado de la octava de Pascua

PRIMERA LECTURA

No podemos callar lo que hemos visto y oído.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   4, 13-21 

Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que eran los que habían acompañado a Jesús, pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido sanado estaba de pie, al lado de ellos.

Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar, diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de Jerusalén. A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre.

Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el Nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído.

Después de amenazarlos nuevamente, los dejaron en libertad, ya que no sabían cómo castigarlos, por temor al pueblo que alababa a Dios al ver lo que había sucedido.

SALMO RESPONSORIAL   117, 1. 14-16. 18-21

R/Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! El Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos.

La mano del Señor hace proezas, la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte.

Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al SeñorEsta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella. Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  Sal 117, 24

Aleluya.

Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya.

EVANGELIO

Vayan por el mundo, anuncien la Buena Noticia.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos   16, 9-15

Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquélla de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.

Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.

Enseguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.

La reflexión del padre Adalberto Sierra

Detalles

Fecha:
23 abril, 2022
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