Desde 1987, Semana por la Paz se ha propuesto visibilizar el esfuerzo cotidiano de miles de personas, colectivos, organizaciones, instituciones, que trabajan en la construcción y consolidación de la paz y de iniciativas que dignifiquen la vida en y desde los territorios.
Para esta trigésimo cuarta versión hemos elegido como lema: ‘Verdad que podemos’, invitando a la ciudadanía a tomar un rol protagónico en la construcción de una cultura para la paz, basada en la acogida consciente y respetuosa de la verdad que todas y todos debemos conocer, y en la diversidad de caminos que hemos encontrado para reconciliarnos. Para ello, hemos diseñado una metodología heredada de las tradiciones indígenas, denominada ‘Círculos de la palabra’.
Proponemos que la Semana Por la Paz 2021 haga énfasis en la verdad y la reconciliación, como procesos y como meta que se teje de manera diferencial y multiescalar desde los diferentes procesos sociales, comunitarios y territoriales, comprometidos con la defensa e implementación integral y pertinente del acuerdo de paz. ‘Verdad que podemos reconciliarnos’.
La reconciliación es un proceso que requiere compromisos y acuerdos que hagan posible la construcción de una sociedad más justa, democrática y equitativa. Una sociedad en paz, tejida con el hilo de la garantía de derechos y de la verdad; capaz de hacer posible que Colombia se convierta en una gran red, en donde se reconocen las múltiples formas de ver y sentir; una sociedad que entiende a la reconciliación como parte de la cultura del cuidado y del camino hacia la paz, y a la resiliencia individual, social y comunitaria como elemento sustancial de resistencia a las violencias y de persistencia en un presente y un futuro en armonía con la naturaleza y la vida. Una sociedad reconciliada que cree y defiende la verdad y la democracia como expresión fundamental de convivencia y goce pleno de los derechos, comprometida con sus deberes.
De este modo, la Semana por la Paz es una respuesta de la ciudadanía a los acontecimientos que siguen conmoviendo al país, en donde se entrecruzan las dificultades generadas por la pandemia del COVID-19 y sus lamentables consecuencias, que afectan a cientos de miles de familias; las graves violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, con las masacres, asesinatos, desplazamientos, confinamientos, desapariciones, reclutamiento de menores, entre otros sucesos que siguen golpeando al país y que se exacerbaron con los estallidos sociales que iniciaron en septiembre de 2020 por los abusos policiales, tomaron fuerza desde el 28 de abril de 2021 con el detonante de la reforma tributaria, y siguen vigentes hoy ante la ausencia de respuestas del Gobierno al clamor social; el empobrecimiento de millones de personas, las graves afectaciones en la salud física y mental, el hambre, la exclusión, los altos niveles de corrupción; situaciones todas que aquejan principalmente a las nuevas generaciones, quienes pierden cada día la esperanza en un presente y futuro mejores, y nos conminan como sociedad a buscar el diálogo y el reencuentro, con solidaridad, con cuidado del otro/a y con amor, para reconciliarnos con la vida, tanto la humana como la de toda la naturaleza, de una forma amplia e incluyente que nos conduzca por el camino de la verdad y la justicia, hacia la paz integral.
Para terminar, enumeramos hitos y efemérides que dan un contexto importante a esta Semana por la Paz #34:
· Los cinco años de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y la extinta FarcEp.
· La labor desarrollada por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV), cuyo informe será entregado a finales de este año 2021.
· La última encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, que nos exhorta a la reconciliación, la verdad y la vida.
· El proceso preelectoral, donde en medio de la situación sociopolítica que vive el país, se está haciendo un llamado al voto responsable, consciente e informado.
Les invitamos a todas y a todos, niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos, adultos mayores, independientemente de su función en la sociedad, de su profesión, ideología política, filiación religiosa, identidad u orientación sexual, a sumarse a este esfuerzo ciudadano por que la paz la construyamos entre todos y todas sin distinción.
Porque
¡VERDAD QUE PODEMOS!