La monja colombiana Gloria Cecilia Narváez, secuestrada por un grupo yihadista en el norte de Mali hace casi un año, imploró hoy en un video recibido por la agencia privada de prensa mauritana Al Akhbar al Papa Francisco que interceda por su liberación
“Haga hasta lo imposible por liberarme”, le dice al Papa la monja, de 56 años (nacida en Pasto, Nariño), y le recuerda que el 7 de febrero próximo se cumplirá un año exacto desde que fue secuestrada en una iglesia de una zona rural del norte de Mali.
Para demostrar la actualidad de la grabación, la rehén menciona al Pontífice su reciente visita a Chile y otros países de América Latina. Al final del video los secuestradores acusan a “la fuerza que ocupa la región entorpecer las negociaciones para cerrar el caso de Gloria Narváez”, y proponen “negociar por medio de organizaciones benéficas independientes ajenas a la fuerza colonialista”.
Precisamente, las autoridades colombianas declararon el pasado septiembre que trabajaban “con organismos de inteligencia, especialmente la misión internacional que hay allá, encabezada por Francia”, según el director del Grupo Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía colombiana (Gaula), general Fernando Murillo.
Murillo precisó entonces que la monja tenía problemas de salud en una pierna y en los riñones. Además, desde el año pasado otras hermanas cercanas a Narváez temían que, por tratarse de un grupo yihadista, la hermana no saldría con vida del secuestro.
Narváez era la superiora de un grupo de tres monjas colombianas y una de Burkina Faso que estaba en una misión apostada en la región de Sikasso, unas seis horas al norte de Bamako, la capital del país. Al momento del secuestro, la religiosa había sido obligada a subir en una ambulancia de la parroquia para la que trabajaba, explicó un concejal de Karangasso. Narváez lleva más de 12 años en el continente africano, seis de los cuales los pasó en Benín y, los seis siguientes, en Malí.
EFE y Redacción Vida