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El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Oscar Urbina Ortega, invitó a la renovación de la parroquia desde un enfoque misionero y con la conciencia de que los tiempos actuales requieren nuevas formas de evangelización.

Así lo manifestó durante su discurso que dio inicio a la CV Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano que se realiza del 5 al 9 de febrero en Bogotá y donde cerca de 90 obispos reflexionarán en torno al tema: “La parroquia en el corazón de la nueva evangelización”.

Monseñor Oscar Urbina, comenzó su intervención recordando que la Nueva Evangelización hace referencia a evangelizar de forma nueva. “No es inventarnos un nuevo mensaje, maquillar o crear situaciones ajenas al Evangelio, simplemente es discernir los signos de los tiempos, buscar la manera de llevar la buena noticia de forma creativa y humilde”, señaló.

El también arzobispo de Villavicencio, afirmó que hoy se habla de la Nueva Evangelización porque vivimos en un nuevo contexto socio-cultural en el que se enmarca la parroquia y donde se presentan “coordenadas históricas y culturales” que requieren su atención.

El prelado señaló que el cambio de época, es una primera coordenada, marcada por las transformaciones tecnológicas que influyen notablemente en la cultura; la secularización, es otra coordenada, que está generando la “crisis de la socialización religiosa”; el cambio científico-técnico, que ha cambiado las formas de pensar, decidir y actuar y que “legitiman los sistemas socio-económicos”; el consumismo, que presenta el bienestar material, como calidad espiritual; la movilidad, que ha cambiado los espacios, los tiempos y los modos de socialización y que “ejerce una repercusión decisiva sobre las parroquias, fuertemente marcadas por el territorio y su ser estática, cerradas”; el pluralismo, que resalta que ningún grupo humano puede monopolizar todo, ni en lo político, ni en lo social y por ello exige a la Iglesia “una purificación de fe”; la pobreza, la inequidad y la violencia, que se han apoderado de los espacios familiares, laborales, deportivos y escolares; la familia, que exige un enfoque “analítico y diversificado”; y finalmente, el llamado de retornar a Dios, en un contexto donde “no se permite recuperar a Dios lo que tenía antes, porque las personas están interiormente fraccionadas y atraídas por lógicas múltiples y cuando buscan a Dios lo hacen sin renunciar a todo lo demás.

En este contexto, monseñor Oscar Urbina, inspirado por el Papa Francisco, animó a ver a la parroquia bajo las siguientes premisas:

  • La parroquia es siempre válida, no debe ser vista como una estructura desechable, sino como una estructura que requiere una orientación adecuada.
  • La parroquia es importante, debe nutrirse con la participación de todos los actores de la comunidad.
  • La parroquia no se toca, debe permanecer como un puesto de creatividad, de referencia, de maternidad y todas esas cosas.
  • Una parroquia-oficina hoy no funciona, debe estar en salida y ser misionera.
  • “La renovación de la parroquia nos exige que ella sea, una célula de la Iglesia en salida, con capacidad profética de abrir horizontes nuevos, saber iluminar con la Palabra consoladora del Evangelio, los momentos difíciles de las personas y descubrir el lenguaje con el cual podamos anunciar a nuestros hermanos la Palabra que no pasa.  La conversión de la parroquia pasa a través de sus hijos”, señaló.
  • El obispo concluyó su discurso agradeciendo a los sacerdotes y laicos que llevan sobre sus espaldas la responsabilidad de hacer de las parroquias espacios de evangelización.