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Durante la firma del Pacto por la No Violencia en la Campaña Electoral, este lunes 9 de septiembre en el municipio de San Pedro, con la Iglesia católica como garante, la Diócesis de Sincelejo envió un mensaje a los movimientos y partidos políticos.

Lo pronunció el padre Adalberto Sierra Severiche, vicario general de la Diócesis. Este es el mensaje en video y, seguidamente, en texto:

PACTO POR LA CULTURA POLÍTICA,POR EL RESPETO A LAS PERSONAS Y LA EXCLUSIÓN DE LA VIOLENCIA EN LAS CAMPAÑAS ELECTORALES DEL DEPARTAMENTO DE SUCRE

San Pedro, Sucre, 9 de septiembre de 2019

El lenguaje «políticamente correcto» se divorció hace tiempo del lenguaje «lingüísticamente correcto» para recurrir a unos desdoblamientos innecesarios con el fin de dar la impresión de inclusión, igualdad y equidad. Permítanme apartarme de esa impresión, porque la inclusión, la igualdad y la equidad no son cuestión de palabras sino de hechos.

Todos estamos de acuerdo en que la política no es para hacer obras, sino para hacer historia, en que el cometido de los políticos no es resolverles los problemas de subsistencia, educación y protección a los ciudadanos, sino trabajar por una sociedad en la que tengan solución todos esos problemas. Por eso, no es acertado decir que ustedes están proponiéndoles sus nombres a la ciudadanía para que ella escoja el nombre que prefiera.

Ustedes están proponiendo caminos para hacer historia y hasta para cambiar el rumbo de la historia, y la historia la hacen los pueblos, no los caudillos. Ustedes –quiéranlo o no– le están proponiendo a la ciudadanía un determinado modelo de sociedad que, más allá del lenguaje, se revela incluyente o excluyente, equitativo o inequitativo, igualitario o injusto. Y eso es lo que los ciudadanos deben determinar con suficiente ilustración.

Al proponer esos caminos, ustedes declaran que se hacen responsables de la esperanza de sus pueblos, más allá de los legítimos intereses de sus respectivos partidos y movimientos. Los asuntos que maneja la política son de la mayor importancia, y por eso su manejo requiere de manos expertas y mentes abiertas, personas desprendidas y generosas que sean capaces de interpretar las verdaderas necesidades de sus colectividades y de dar respuestas acertadas a las aspiraciones de su pueblo.

La política tiene dos enemigos: la indigencia y la ignorancia de las mayorías. Estos enemigos permiten la masificación de la ciudadanía y facilitan su manipulación. La indigencia presiona a los ciudadanos hasta extremos indignos y vergonzosos; la ignorancia los conduce al engaño y al desacierto. Un político decente no se permite masificar ni manipular a la gente. Porque, si lo hiciera y resultara elegido, trataría a los ciudadanos como súbditos, y los reprimiría con violencia a la primera manifestación de inconformidad de parte de ellos.

Una campaña electoral que admita la violencia, el irrespeto y la mentira presagia un pésimo gobierno, gane quien gane la contienda, porque, si hubo irrespeto cuando no se tenía el poder, con el poder en la mano ya no hay garantía de que el gobernante no abuse. De aquí deducimos la importancia que tiene el pacto que ustedes van a firmar para excluir la violencia de esta campaña electoral. Podemos decir que será un hecho histórico, si permanece en el tiempo.

El respeto por las personas, y especialmente por las que piensan diferente, es una muestra de civilización. Tenemos ante nosotros la oportunidad de presentar esta campaña electoral y sus protagonistas como una campaña ejemplar, que sirva de modelo para las futuras. No podemos permitirnos ser mediocres en unas circunstancias históricas como estas, que exigen grandeza de alma, dada la profundidad de la degradación que enfrentamos.